Hay varias cosas que a mi me hacen sentir llenito el corazón: La música, salir a correr temprano en una mañana soleada, el té caliente cuando está amaneciendo, oír a una persona cantar y el pudding de banano!
Este año ha sido un año diferente (por no decir raro), ha sido un año retador, de aprendizajes, de desorden, pero sobretodo de aprender a cuidar a los otros y aprender a cuidarnos a nosotros mismos. Ya llegarán otra vez los eventos, las fiestas de cumpleaños, las reuniones de trabajo, los abrazos, el estar cerca de las personas, por ahora nos toca hacer pequeñas celebraciones, celebraciones en casa con la familia y aprender a disfrutar el tiempo a solas, el tiempo que pasamos con nosotros mismos.
A mi me ha pasado que he tenido días raros en los que me siento bajita de ánimo y no me siento feliz, me ha costado trabajo entender esos días y aceptarlos y con el pasar del tiempo he ido descubriendo formas de cuidarme y consentirme cuando me siento así: Lo primero es aceptar el sentimiento y no tratar de esconderlo, dejarlo salir; lo segundo es hacer cosas que me hagan sentir cómoda, trabajar desde la cama, escuchar música alegre, ver el sol por la ventana y lo tercero, y no menos importante, es regalarme algo que me guste y me haga sentir rico, que me haga sentir feliz y nada mejor que un pudding de banano, porque como dicen por ahí: barriga llena y corazón contento!
El pudding de banano es uno de esos postres de toda la vida, de los que la abuelita le preparaba a uno para consentirlo, un postre que al comerlo trae a la cabeza recuerdos de días pasados, de momentos felices, de personas queridas y que siempre, siempre, le saca a uno una sonrisa y por eso, para evocar momentos felices, para regalarnos sonrisas, es que comparto contigo hoy mi receta del pudding de banano, ojalá te guste y te haga sentir tan feliz como a mi cuando lo como:
Ingredientes:
– 2 Bananos grandes y maduritos
– 2 cucharadas de azúcar
– 1/2 cucharadita de extracto de vainilla
– 1 y 1/2 taza de leche
– 1 pizca de sal
– 2 yemas de huevo
– 2 cucharadas de fécula de maíz
– 6 galletas de mantequilla que no sean muy dulces (personalmente me gustan las macarena, las galletas son opcionales)
Preparación:
– Precalienta el horno a 350 grados Farenheit
– En una bandeja hornea uno de los bananos durante media hora o hasta que la cascara se haya dorado y roto un poco. Retírala, déjala enfriar, pélala con cuidado, tritúrala o aplástala hasta que quede puré y reserva.
– Pela y rebana el otro banano y reserva.
– En una olla mezcla la leche, el azúcar, el almidón y la sal. Revuelve asegurandote que se hayan disuelto bien y no se van a hacer grumos, añade las yemas de huevo y calienta a fuego medio revolviendo la mezcla constantemente para asegurarte de que no se pegue ni se le formen grumos. Cuando esté espesa retira.
– Una vez retires la mezcla agrégale la banana triturada y el extracto de vainilla y mezcla bien hasta que se incorporen.
– En el molde o los moldecitos, pon una capa de la mezcla, galletas, las rodajas de banano y repite el procedimiento hasta formar varias capas.
– Deja enfriar.
* Recomendación: no lo metas a la nevera hasta que no se haya enfriado a temperatura ambiente, cúbrelo con la tapa o con papel aluminio cuando lo vayas a refrigerar.
Y listo! A disfrutar, a compartir y a alegrar el corazón de aquellos que sienten días raros. Regalar un postre es regalar dulzura, es regalar amor, es regalar cuidados, nadie mejor para regalar este postre que a una persona querida e incluso a ti mismo en un día raro. Vas a ver lo rico que sientes después de compartirlo o comerlo.
Escríbeme si tienes alguna duda o compartiéndome cómo te fue preparando esta receta y cuéntame cómo te sentiste después de comerlo y si mejoró tu ánimo o te hizo sentir mejor.
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